Solo dos equipos, el Madrid de Di Stéfano y el Ajax de los años 70, habían sido capaces hasta ahora de reinventar el fútbol como lo está haciendo el de Guardiola
Marcará una época el actual Barça? Sin interrogantes y en presente. La está marcando ya. Si en mayo gana otra Champions no habrá ni debate. En tres años serían dos finales y una semifinal. ¿Suficiente? Más que eso. Sin título en Wembley, incluso sin final, este equipo ya está haciendo época en lo futbolístico. Ya no por cuántos goles marca y por los pocos que encaja. Ni tampoco por la colección de marcas y récords que caen como consecuencia de ello. La auténtica revolución es hacerlo jugando como juega y ejecutarlo con este perfil de futbolistas que tiene.
Otro detalle. ¿Menor? Tremendo. El día en que ganas por 3-0 a un Atlético de Madrid, el día en que evitas el viejo partido de locos entre estos dos equipos, el día en que cae un récord histórico -este sí, mayúsculo-, va y tu entrenador ve, se fija, explica que jugando así no ganas la final de Copa ante el Madrid. Fantástico el tirón de orejas. Certero por bien visto y para seguir enchufado. A más elogios de fuera, mayor atención, siempre, en lo que haces mal o no acabas de hacer del todo bien.
¿Se puede marcar una época sin ganar siempre? Doy fe de que sí. Treinta y pico años después de perder la final del Mundial de 1974, aquella Holanda aún es elogiada y recordada. El término fútbol total viene precisamente de aquella selección que nunca fue campeona del mundo, en la que los defensas también atacaban y los atacantes también defendían. El balón, para nosotros. Nosotros mandamos. Y nos movemos. Yo me voy a la derecha y tú te vas a la izquierda. Con un 9 fijo o con un 9 falso. Juego de posición y ritmo de balón. Y para ahorrar esfuerzos, para multiplicar las recuperaciones, siempre juntos y siempre cerca del área rival.
Táctica revolucionaria
Treinta y pico años después, este fútbol total vale para este Barça, en el que podemos ver al 10 jugando de falso 9, al lateral derecho jugando ya no de extremo sino incluso de 9, y al mejor de tu equipo defendiendo cual lateral izquierdo. ¿Fútbol total versión siglo XXI? A mí me vale. Centrales (Piqué, Abidal) que salen con el balón mejor que muchos centrocampistas, mediocampistas de una técnica exquisita tamaño XS (Xavi, Iniesta) que pueden jugar perfectamente juntos, delanteros (Pedro, Villa, Messi) que pueden actuar de 9, de 7, de 11 y a la vez ser los primeros defensas porque ven que eso es lo que toca hacer en ese momento del partido. Esto es revolucionar el fútbol. Y, de revoluciones, en la historia del fútbol ha habido pocas.
Con el dream team primero y con Rijkaard después dimos un paso hacia delante. El Milan de Sacchi dio otro paso al frente. Pero el Barça de Guardiola ha ido todavía más lejos. Y no hablo de títulos, insisto. Ni de finales. Me refiero a que solo en ciertos momentos, solo cuando se dan una serie de coincidencias maravillosas -técnicos, jugadores, ideas valientes, estilo- se pasa de dar un paso hacia delante a reinventar en cierto modo el fútbol. Y esto solo se ha hecho (perdón, se había hecho) dos veces. Una, con Di Stéfano y el Madrid, que ganó las cinco primeras Copas de Europa (más otra semifinal y otra final que no ganó). La otra, con el Ajax que ganó las Copas de Europa del 1971, 1972 y 1973, y que fue la columna vertebral de aquella celebrada selección de Alemania-74. Aquel maravilloso -porque lo era- Madrid de Di Stéfano no tuvo una extensión en la selección nacional. Y si la tuvo, con la Eurocopa de 1964, fue de forma tardía, con viejos elementos fuera y otros nuevos dentro. Ese Ajax, en cambio, sí. Y el Barça actual, también. Solo hay que ver la Eurocopa y el Mundial en los últimos dos años.
Una revolución que ha sido posible -y de la que se ha beneficiado, ¡y de qué manera!, la Roja- porque junta muchas cosas: un equipo magnífico, la presencia del mejor jugador del mundo, un entrenador avanzado y atrevido, y un grupo táctica y técnicamente brillante. Tanto, que quien se crea que cualquiera puede jugar en este equipo no puede estar más equivocado. Y quien se crea que puede jugar como este equipo, está invitado a hacerlo. O, como mínino, a aplicar alguno de sus conceptos.
Johan Cruyff
el periodico
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